jueves, 23 de abril de 2015
miércoles, 22 de abril de 2015
Mujeres artistas desde el Renacimiento
La ausencia de mujeres artistas en los museos y en las
enciclopedias de arte clásico suele hacer creer que no las ha habido. Pero los
estudios e investigaciones llevados a cabo por historiadores como Linda Nochlin
y Whitney Chadwick entre otros, han demostrado la existencia de muchas mujeres
artistas eminentes y dan cuenta de toda una serie de obstáculos que éstas
debieron sortear para dedicarse al arte de manera profesional.
Generalmente los artistas del Medioevo, así como las
monjas y los frailes que copiaban e iluminaban manuscritos no firmaban sus
obras. Sin embargo, en El Comentario del
Apocalipsis de Beato de Liébana (S X) que se conserva en la Catedral de
Gerona, aparecen los nombres del fraile Emeterio y de la monja Ende quien se
definía como pintora y sierva de Dios
(pintrix et Dei adiutrix).
Beato de Gerona, S X. |
Otras miniaturistas de la época:
La Pintora Thamar, la abadesa Uta de Niedermünster, Teresa Dieç, la abadesa
Hildegarda.
Las únicas mujeres artistas
célebres del pasado son las artistas legendarias de la Antigüedad citadas por
Plinio e incluidas por Boccaccio en su compilación de biografías de mujeres
eminentes: De Claris Mulieribus
publicada en 1361-1362. Un ejemplo es la famosa retratista Iaia Cyzicena, que
vivió en la Roma del S I a. C. y a quien vemos representada en El Caballete de Marcia, realizando un
autorretrato, vestida a la manera medieval.
El Caballete de Marcia, S XV |
Si en el Medioevo el artista,
casi siempre anónimo, era un fiel artesano al servicio de las normas e ideales
de su taller y del gremio o guilda a la que pertenecía, en el S XV, comenzó a
producirse en Italia un cambio de valoración social del artista. Éste se sentía
ya alejado del oficio mecánico y artesanal, ya que producía una obra única,
resultado de una intensa actividad intelectual y espiritual. Empieza a ser
fundamental la copia del natural y concretamente del cuerpo humano desnudo,
actividad completamente vedada a la mujer.
Podemos ya enumerar algunos de los obstáculos que
dificultaban o impedían a las mujeres formarse profesionalmente como artistas a
partir del Renacimiento:
- No tenían acceso a la educación: escritura, lectura,
artes liberales (aritmética, geometría, astronomía, música, gramática,
dialéctica, retórica), anatomía.
- Tenían vedada la posibilidad de copiar del natural
el cuerpo humano desnudo.
- No podían ingresar al taller de un maestro. Los
aprendices varones lo hacían a la edad de 13 años y su formación duraba unos 7
años. Las mujeres, a esa edad, debían
casarse y tener hijos.
- No disponían de un espacio propio donde trabajar y
guardar sus obras.
Algunas de las mujeres que a pesar de todo lograron
dedicarse al arte pertenecían a una familia noble o a la burguesía adinerada,
lo cual les facilitó el acceso a una educación humanística esmerada. Citamos
como ejemplo a Sofonisba Anguissola. La mayoría eran hijas de pintores, y
recibieron formación en el taller familiar: Artemisia Gentileschi, Lavinia
Fontana, Marietta Robusti, etc.
Sin embargo, no pudiendo estudiar a partir del modelo
vivo desnudo, las mujeres se vieron durante siglos impedidas de realizar obras
consideradas de mayor prestigio (cuadros épicos, históricos) que abrían las
puertas de los Salones Nacionales con sus premios, y de las Academias. Debían
dedicarse pues a los géneros considerados menores como los retratos, paisajes y
naturalezas muertas.
CATERINA DEI VIGRI
(Bologna 1413-1463)
Conocida también como Santa Catalina de Bologna. Se la
considera la santa protectora de las artes liberales. Hija de una familia
noble, recibió una educación completa. Fundó un monasterio que pertenecía a la
orden de las clarisas, llegando a ser su abadesa. Escribió e iluminó
breviarios.
Virgen con Niño y manzana |
PROPERZIA DE ROSSI (ca 1490-1530)
Fue una de las poquísimas escultoras del Renacimiento
italiano, incluida por Giorgio Vasari en su famosa obra sobre biografías de
artistas Le Vite.
José y la esposa de Potifar, ca 1520, bajorrelieve, mármol, portal de la catedral de Bologna |
LEVINA TEERLINC (Brujas 1510/20-1576)
Su padre y su abuelo fueron miniaturistas y su hermana
era marchand. Trabajó como miniaturista en la corte de Eduardo VI y de Enrique
VIII de Inglaterra recibiendo una paga superior a la del pintor Hans Holbein y
Nicholas Hilliard juntos.
Retrato en miniatura de Isabel I de Inglaterra, 1550. |
CATERINA VAN HEMESSEN (Amberes 1528-1587)
Inició sus estudios artísticos en el taller de su
padre. Entró a trabajar en la corte bajo el patronazgo de la Reina María de
Hungría, hermana del Emperador Carlos V. Realizó allí numerosos retratos de los
miembros de la corte, así como distintos cuadros centrados en temas religiosos.
Su matrimonio con el organista de la catedral de Amberes interrumpió su carrera
artística pues tuvo que dedicarse a su nuevo rol de esposa.
Autorretrato, 1548, Kunstmuseum, Basilea, Suiza. |
SOFONISBA ANGUISSOLA (Cremona, c. 1532 – Palermo,
1625)
Hija de un miembro de la baja nobleza genovesa que
hizo educar a sus hijas. A la edad de 14 años su padre la envió, junto con su
hermana Elena, a estudiar con Bernardino Campi, quedando las niñas al cuidado
de la esposa del pintor. El aprendizaje de Sofonisba con artistas locales sentó
un precedente para que las mujeres fueran aceptadas como estudiantes de arte.
Bernardino Campi pintando a Sofonisba Anguissola, 1550, Pinacoteca Nacional de Siena. (Autorretrato realizado por Sofonisba) |
En la obra siguiente, la vemos protagonizando una
escena que se repetirá con otras artistas.
Estas mujeres artistas debían rodearse de un áurea de respetabilidad, es
por eso que se retratan, no con sus atributos de pintoras, sino tocando un
instrumento musical, como lo haría una señora honorable, noble o rica, quien
normalmente tenía conocimientos de música. Y agregan la presencia de una
doncella que siempre las acompaña, garantía de su respetabilidad.
A los 27 años ingresó a la corte española donde pasó
varios años pintando los retratos de corte oficiales, incluyendo los de la
reina y otros miembros de la familia real. En 1580, instalada en Génova,
gracias a la fortuna de su segundo esposo y a la generosa pensión que le otorgó
el rey Felipe II, pudo pintar y vivir cómodamente. Recibió la visita de muchos
colegas. En 1623 recibió la visita del pintor flamenco Van Dyck quien realizó
varios retratos de ella. Murió a la edad de 93 años en Palermo.
LAVINIA FONTANA (Bologna, 1552 – 1614)
Pintora italiana del primer
Barroco, hija del pintor Prospero Fontana quien le enseñó el oficio. Lavinia
siguió pintando durante su matrimonio con un discípulo de su padre. Fue ella la
que mantuvo el hogar con su trabajo de pintora mientras su marido se ocupaba de
la casa y la asistía como ayudante. Adquirió enorme importancia por lo que se
la admitió a la Academia de Roma.
FEDE GALIZIA (Milán 1578-1630)
Fue una pintora italiana del Barroco. Aprendió a
pintar con su padre. Se destacó desde muy joven como retratista, pero donde
realmente se destacó fue en sus bodegones.
ARTEMISIA GENTILESCHI (Roma 1593 – Nápoles, c. 1654)
Artemisia se formó en el taller de su padre, Orazio.Tomó de las obras de Caravaggio una fuerte acentuación dramática,
cargada de efectos teatrales y realizaba composiciones de gran escala, basadas
con frecuencia en temas bíblicos protagonizados por heroínas como Judith,
Susana, Esther. Su vida estuvo marcada
por un drama: fue violada por su preceptor, Tassi. Luego de un proceso que duró 7 meses, su
padre arregló su casamiento con un artista modesto, lo que le otorgó un estatus
de suficiente honorabilidad. Viajó a Roma. Florencia, Nápoles, Londres, siempre
con mucho éxito. Es la primera mujer en ingresar
en la Accademia del Disegno de Florencia.
Susana y los viejos, c. 1610, col. particular. |
Judith decapita a Holofernes, c. 1620, Galleria degli Uffizi, Florencia |
ELISABETTA SIRANI (Bologna, 1638 – 1665)
Pintora italiana de estilo barroco formada en el
taller de su padre. Alcanzó una temprana fama en Europa, llegando incluso a
dirigir el taller de su padre cuando éste quedó inválido a causa de la gota.
Mantuvo a la familia con su arte, realizando pinturas religiosas, que producía
a gran velocidad pero con un buen acabado. Elisabetta hizo demostraciones públicas en
respuesta a quienes cuestionaban la autoría de sus cuadros.
Autorretrato, 1658, Museo Pushkin, Moscú |
JUDITH LEYSTER (Holanda, 1609 – 1660)
Fue una de las mejores pintoras
holandesas del S XVII. Cultivó las obras de género, los retratos y los
bodegones. En 1634 tenía 4 discípulos varones, lo que demuestra su prestigio
como artista. La mayor parte de sus obras pertenecen al período anterior al nacimiento
de sus hijos. Fue completamente olvidada hasta que el historiador y coleccionista Cornelius H. de Groot descubrió su monograma en La
pareja feliz, que él acababa de vender al Louvre como de Frans Hals, hecho
que condujo a la readjudicación a Leyster de 7 cuadros.
Joven con jarra, 1633, Col. particular.
ROSALBA CARRIERA (Venecia, 1675-1757)
Nació en el seno de una
familia de clase media, en Venecia. Fue la gran pintora del Rococó que retrató
a los más importantes miembros de la aristocracia europea de los primeros 40
años del S XVIII. Desarrolló una técnica de pintura sobre marfil y popularizó
el uso de pintura al pastel. Falleció a los 81 años de edad, ciega, en su casa
de Venecia.
Joven de la familia Leblond, 1730, Galleria dell'Accademis, Venecia. |
ELISABETH LOUISE VIGÉE-LEBRUN
(París1755-1842)
Hija de un retratista del que
recibió sus primeras lecciones, aunque estudió también con Doyen, Greuze y
Vernet. Fue la retratista de muchos de los miembros de la nobleza francesa y
realizó alrededor de 35 retratos de María Antonieta. Luego de la detención de
la familia real durante la revolución francesa, huyó de Francia y trabajó
algunos años en las cortes de Italia, Austria y Rusia. Luego de su regreso a
Francia, viajó a Londres y a Suiza. Fue elegida miembro de las Academias de las
10 ciudades europeas más importantes.
Autorretrato, 1800, Hermitage, San Petersburgo. |
BERTHE MORISOT (Bourges, 1841- Paris, 1895)
Nació en el seno de una familia de la alta burguesía
francesa. A la edad de 20 años se convirtió en discípula de Corot quien la
introdujo en los círculos artísticos. Pronto adquirió la técnica impresionista
de pintar al aire libre. Luego se convirtió en alumna de Edouard Manet, y se
casó con su hermano Eugène Manet. Su técnica, basada en largas y suaves
pinceladas muy sueltas, y en todas direcciones, transmite una calidad limpia y
transparente. Trabajó tanto el óleo como la acuarela y produjo paisajes,
naturalezas muertas y escenas de mujeres y niños.
La cuna, 1872, Musée d'Orsay, Paris. |
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